¿Vas a contracorriente?
En todos los deportes existen temas siempre recurrentes. En el baloncesto, el tema estrella, son los tiempos muertos. Esos parones del juego técnicos, sobre todo, los que se solicitan cuando faltan pocos segundos para acabar el partido y el resultado va muy desnivelado a favor del equipo que lo pide. En ese momento se encienden todas las alarmas termonucleares y los ánimos y la ira se elevan a la categoría de “mecagoentodo”. Los favorables a la medida sostienen que es un elemento del reglamento que está ahí, para usarlo. Los detractores, los que estarían dispuestos a pegarle fuego a esta circunstancia, hablan abiertamente de una falta de ética máxima, una patada a la buena fe. Os avanzo que esta polémica existirá hasta el fin de los días o se cortará en el momento que haya un cambio en la reglamentación de los tiempos muertos.
Hay, en cambio, otras polémicas que las genera el sistema, cuando se enfrenta a cambios revolucionarios, por anecdóticos que sean. Da igual la incidencia e importancia que tenga, hay que rajar la situación hasta que se desangre. Steve Kerr lo ha sufrido, por dar voz a sus jugadores en un tiempo muerto, quedándose al margen el equipo técnico. Y nos quejamos por verlo como una falta de respeto al contrario. En vez de levantarnos y aplaudir a un innovador que no se deja llevar por lo que es tendencia o tradición. Algo debe saber de baloncesto el entrenador de los Warriors de los actuales campeones de la NBA y jugador profesional durante 15 años (con el que ganó cinco anillos; tres con los Bulls y dos con los Spurs). Debemos ser más valientes y hacer como los niños, que ensayan la ecuación prueba-error constantemente. Nos iría infinitamente mejor que quedarnos fijados en la tradición de las tablas de Moisés… Para mí las tradiciones son para los cuentos de antes de ir a dormir…
¿Cumples siempre las tradiciones? ¿O te gusta sumergirte en la incertidumbre?
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