• ivanferrer
• A 15/05/2018

Creo, sinceramente, que la música constituye la banda sonora de nuestra vida. Es tan diversa, con tal infinidad de estilos, géneros y matices que puede ilustrar de forma muy rica todos y cada uno de los momentos de una existencia. Pero lo más alucinante sucede cuando varios instrumentos se retroalimentan para generar una sinfonía y un estado de ánimo mágico colectivo, como tocado por una varita mágica.

Y esa magia la vivimos en el último partido de las “Sant Joan Warriors”, nuestras pequeñas guerreras de la canasta. Desde el salto inicial decidieron, todas juntas (entrenadoras, las cinco que estaban en el campo y las que esperaban en el banco para su turno en el segundo tiempo) que iban a ser una máquina de demolición con el único objetivo de jugar colectivamente para destrozar el aro cuantas más veces mejor. Y en defensa, presionar al máximo para recuperar el balón cuanto antes y volver a martillear el aro contrario.

El resultado fueron 48 minutos intensos en los que lo dieron absolutamente todo. El ejemplo fue una pelota dividida a pocos segundos del final, en la que hasta hasta cuatros jugadoras del Sant Joan se lanzaron a recuperar el balón (3 de ellas desde el suelo). Fue un partido redondo, sobre todo en ataque; con 28 canastas de dos puntos y 11 triples, redondeados con 4 tiros libres.

¿Detectas la jornada en la que vas a sonar mejor? ¿O la magia surge el día más inesperado?

photo credit: cliqmo_ Babymetal (Download Festival 2015) via photopin (license)