Vaya peñazo las mates…
Yo soy un tipo de letras; muy de letras. Flirteé, entre confiado en mis posibilidades y nublado por las dudas sobre el futuro -no tenía ni pajolera idea de qué quería estudiar-, con las matemáticas, la biología y el binomio de satán (física-química). Durante el primer trimestre de curso se me indigestó todo como un galimatías de solución hartamente complicado. Soy tan de letras (aunque en ese momento lo desconocía) y las pasé tan canutas que pasé de ciencias puras en tercero de BUP a letras mixtas en COU.
Soy más de explicar historias. Creo definitivamente más de reacciones humanas que químicas; y con el tiempo he entendido que las matemáticas son muy útiles en la vida. Aunque veo que el alcalde de Tarragona aún no lo ha asimilado. No hace falta meter mucho el dedo en la megallaga abierta por los Juegos del Mediterráneo de 2018. Cualquier actividad en la vida tiene un objetivo, cuyo alcance se puede calibrar a través de KPI’s (indicadores clave de rendimiento). Un par de ellos podrían haber sido las entradas vendidas y la asistencia de público (sumando los tickets regalados). La clave de todo es la transparencia: explicas a todo el mundo qué quieres conseguir y después se comenta qué aspectos han ayudado o no para conseguirlo. La cuestión es acabar con el aburrido y estéril “a mí me parece que…”.
Y cuando eres un mediocre que no quieres que te evalúen -no sea que las cosas salgan mal- te equipas con unos huevazos XXXL, te inventas un cuento y sostienes que los juegos han sido un éxito. A la mierda las matemáticas; para que digan que las letras no sirven de nada…
¿Te marcas elementos para evaluar tu éxito? ¿O prefieres moverte en las arenas movedizas de la opinión?
photo credit: itnmarkeducation An Abacus Used in Primary School via photopin (license)
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