Entra tú, que a mí me da la risa...

Saben aquel que diu que dos ladrones quieren entrar a robar en un bajo. El dueño del piso, más listo que los amantes de lo ajeno, lo tiene todo dispuesto para sorprenderlos. Les deja una ventana abierta, con la persiana medio bajada, y espera pacientemente ataviado con un bate de béisbol… Y cuando el primer ladrón asoma la cabeza… BOOOOOOM!!!! Le cae un batazo en plena cara. El pobre, aturdido y tapándose la boca, se gira a su compañero de fechorías y le dice: «Entra tú, que a mí me da la risa»…
Este chiste, magistralmente narrado y teatralizado por mi amigo Javi, hace que me parta de risa. Es sencillo y aburdo, pero a mí me hace mucha gracia… Como sencilla, absurda y graciosa es la declaración de Nicolás Maduro antes los últimos acontecimientos que están fulminando la imagen de la FIFA. Dentro de un escándalo de magnitudes cósmicas -con sobornos a tutiplén, pagos para callar bocas (la FIFA dio dinero a Irlanda para que no recurriera en la justicia ordinaria su clamorosa eliminación del mundial de 2010)-, me parto con la idea del presidente de Venezuela.
Para resolver todo el desaguisado propone a Maradona, un futbolista de leyenda que con más pena que gloria ha pasado por la vida luchando para intentar gobernarse a sí mismo. Su fútbol era mágico, aunque siempre se rodeó de una absoluta oscuridad que le acabó apagando por completo… ¿Y este tipo es el salvador que estamos todos esperando? ¿No existirá algún futbolista más preparado? No sé, entra tú que a mí me da la risa…
¿Solo hablas de los temas que conoces en profundidad? ¿O tú opinas de lo que sea, al más puro estilo tertuliano en Tele5?
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