Si hoy murieras, ¿habría valido la pena?
En la cultura occidental creo que no estamos para nada preparados para la muerte, la última frontera que todos acabaremos cruzando. Es algo que rehuimos en conversaciones, en contraposición a política o fútbol, que se prestan mucho más a la polémica, la controversia e incluso al cachondeo. Algo que nos iguala a todos pero que evitamos eternamente, como si nunca fuera a llegar. Hace unas semanas me llegó por Facebook una novedosa solución para que la muerte sea algo más bello que el triste y sórdido «polvo eres, y en polvo te convertirás». Una eco urna en la que las cenizas se transformarán en un árbol. Mucho más bonito que un nicho oscuro, silencioso e irrespirable.
Nadie estaba preparado en el paddock para el accidente que se llevó una vida repleta de energía, con solo 24 años. Luis Salom quedará unido para siempre a la curva doce del circuito de Montmeló. La fatídica curva en la acabó accidentado, sin vuelta atrás. Sabemos que en los deportes de motor la velocidad, combinada con la mala suerte, puede acabar en tragedia. Sabemos que puede pasar, pero no estamos preparados para asumirlo…
Luis Salom murió haciendo su trabajo, lo que le apasionaba. Aunque no sirva de demasiado consuelo, acabó su vida mientras hacía una de las cosas que le gustaban más en este mundo: pilotando una moto. Hasta siempre «Mexicano«…
¿Vives la muerte como una etapa más de la vida? ¿O no quieres ni pensar en ello?
photo credit: flickrCielo. via photopin (license)
Publicar un comentario