¿Sabes retener el talento?
Cuando te encuentras en la jungla -machete en mano, ante una infinita selva exuberante que te envuelve y rodea-, tu misión es la de ir abriendo camino. Pero en la búsqueda de ese objetivo puedes encontrarte con bestias salvajes. Aunque no son de las que te matan para después devorarte. Son de las que, de un zarpazo certero, te atizan en lo más hondo de tus principios, en tu autoestima y en tu bolsillo.
En la jungla del autónomo (o freelance; qué gilipollas que nos hemos vuelto todos usando palabrejos que ya tenemos en nuestra lengua, por el simple hecho de que queda más snob, más cool, más fashion, más trendy…) te encuentras a esas alimañas que, desde una posición alta y cómoda, te dicen que si no quieres realizar ese trabajo a un precio irrisorio hay 50.000 esperando detrás de ti. “Ley de mercado”, dicen… Y cuando pienso en esta dura y triste realidad me voy directamente a África. Sé que no tiene nada que ver y que a la vez lo tiene que ver todo… Me pregunto qué pasaría si el continente olvidado, dejado de la mano de Dios y pasto de guerras de todo tipo, se normalizara y tranquilizara. Millones de personas dispuestas a trabajar por mera supervivencia… Nada nuevo bajo el sol, solo una vuelta de tuerca más a lo que ha sucedido en otras zonas del planeta.
Todo acaba produciendo trabajo más barato, que no va acompañado siempre de una buena calidad. Pero en la visión cortoplacista que tenemos (así le va la salud a la madre Tierra) hay que recortar, ahorrar y dar beneficios ¡YA!
Y en esa visión miópica, en la que predomina el yo, se pierde talento. Y por razones ideológicas también. Y así le ha lucido el poco pelo que le queda a Putin, cuyo objetivo de reinar en las olimpiadas del ajedrez ha acabado en drama. Una meritoria tercera plaza que queda en nada cuando la medalla de plata ha caído en manos de tu archienemigo de hoy (Ucrania) y la presea de oro se la ha llevado tu ultraenemigo tradicional (EEUU). Y lo más duro de todo es que los americanos han recibido el apoyo institucional y económico de Gari Kaspárov, uno de los mejores ajedrecistas de todos los tiempos, que un día luchó bajo la enseña de la hoz y el martillo…
¿Prefieres perder beneficios a cambio de una mayor calidad? ¿O total, si está más o menos bien hecho, ya vale?
photo credit: las Ideas – Eloy Romero via photopin (license)
Publicar un comentario