¿Confías en los demás?
Cuando me llegó la información del torneo de hockey no le presté la más mínima atención. Pero al cabo de unos días la entrenadora de Oriol me preguntó que si se iba a animar el pequeño. Tengo que reconocer que entró vértigo de pensar que con 5 años podía compartir pista con niños que llegaban casi a doblarle en edad. Ainoha me tranquilizó diciendo que era un encuentro para tomar contacto con el ambiente del hockey, que Oriol se lo pasaría bien y que se trataba de niños que no habían competido nunca.
A veces tienes que cerrar los ojos y saltar desde el trampolín, aunque no lo veas nada claro… El domingo pasado, Oriol se estrenó. Se lo pasó en grande, respirando hockey en línea desde las 11 de la mañana hasta las 5 de la tarde. Su madre estaba muy inquieta, temía algún golpe con otro crío mucho más grande. Yo creo que no respiró tranquila hasta la entrega de premios (menos mal que no se me ocurrió traer a mi suegra, hubiera sido capaz de llevarse a su nieto del campo al primer despiste del personal…).
Lo mejor, su cara de felicidad con la medalla y la bolsa de chuches, que mostraba con infinito orgullo (las golosinas, no la medalla). Por la noche, en casa, me dijo que le dolía el cuerpo… Lo puse en su cama y en pocos segundos estaba equipado con su casco, coderas, espinilleras, guantes, patines y stick, jugando en sueños…
¿Confías en los demás cuando no sabes dónde te vas a meter? ¿O hasta que no lo tengas 100% seguro no te fías ni de tu madre?
photo credit: kel0 Titbit 2 via photopin (license)
PD: Lo mejor de todo, 6 horas en un recinto deportivo sin escuchar un solo insulto ni una mala crítica. Que se lo hagan mirar estos del fútbol…
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