¿Se comerá la Corte al Rey Arturo?

Ser rey en la época medieval tenia su punto. Pero solo si sabías mantener un equilibrio de fuerzas con otros monarcas vecinos y señores feudales, mientras sangrabas al vulgo para llenar tus arcas de oro y codicia. El rey era la cabeza visible, pero la maquinaria se engranaba, en silencio, en el seno de la Corte.
Ancelotti, monarca blanco que ha ocupado el lugar del depuesto Mourinho, ha ido engordando su corte deportiva. Hasta el punto que en el Madrid ha reunido a 17 asistentes (9 que ya estaban trabajando en la Casa Blanca y 8 que ha traído el técnico italiano). En la nómina se incluyen el propio Ancelotti júnior, el hijo de uno de sus colaboradores, ex-compañeros del Chelsea, un entrenador de porteros que es tan mayor que se le ha asignado un ayudante…
El rey se siente muy seguro y confortable, rodeado de los comentarios y consejos de familiares, ex-colaboradores, pero… ¿cómo sienta en la corte que vengan forasteros a decidir sobre temas de estado?
¿Qué ambiente genera en las empresas que algunos directivos fichen familiares y ex-compañeros? ¿Ayuda para alcanzar los objetivos rodearse de un círculo íntimo o es mejor confiar en el potencial existente en la empresa? ¿Juntar en una compañía elementos existentes con nuevas incorporaciones nos puede abocar a una guerra fratricida? ¿O es símbolo de pluralidad y enriquecimiento? ¿Mezclar vida familiar, social y laboral es un potencial cóctel molotov de insospechadas consecuencias?
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