¿Hasta cuándo?

La violencia debería ser un elemento a erradicar al 100% del deporte. Cualquier acto de esta índole, tanto verbal como físico, se tendría que castigar con dureza. Y, a su vez, servirían esas sanciones para advertir al resto de clubes y aficionados de las graves consecuencias de tan estúpidos actos. Ayer el sinsentido se materializó, de forma sumamente extraña, en Grecia, durante un partido de Champions juvenil que enfrentaba a Olympiacos y Bayern Munich. Decenas de ultras locales accedieron al recinto cuando el partido ya se encontraba en su ocaso. El resultado de su actuación, a base de agresiones, fue lamentable.
¿Os imagináis, por un momento, que debido a este incidente el equipo griego fuera expulsado de cualquier competición Europa durante 5 años? ¿Tal vez sería mejor prohibirle realizar fichajes durante tres temporadas enteras? ¿O tocarle el bolsillo imponiendo una multa de 3 millones de euros?
Realmente no acabo de entender la tibieza con la que se expresan habitualmente las máximas instituciones futbolísticas, habitualmente muy enfocadas en lo político y poco en tomar medidas concretas. Tal vez ha llegado el momento que, independientemente de las víctimas o afectados, por la violencia, empecemos a actuar con mano dura…
¿Atajamos la violencia con castigos ejemplares? ¿O no es esa la vía?
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