¿Vives en la inopia?
Todas y cada una de las acciones que realizamos a lo largo de nuestro día a día son, por activa o por pasiva, militantes. Demuestran nuestros valores, gustos, inclinaciones e ideas. Nuestros gestos, y mensajes dicen mucho de nosotros, aunque nosotros consideremos que son inocentes y sin intención alguna (creo, con bastante convencimiento, que la inocencia ya solo queda circunscrita al universo Disney). Si encima te siguen más de 6,8 millones de personas en Twitter, por poner pequeño ejemplo, todo se amplifica bastante más.
James Harden se presentó en la burbuja de la NBA con una mascarilla icónica en defensa de las fuerzas del orden, dentro de la gigantesca polémica alrededor del Black Lives Matter y la violencia policial en los EEUU. Faltaría más; que cada uno se ponga lo que quiera, pero después es inaceptable que no dé la cara y salga por la tangente. Es como si yo llevara una camiseta con la efigie de Adolf Hitler acompañado del lema Sieg Heil y dijera que me la he puesto porque la combinación de colores y el símbolo de la esvástica por allí en medio me parecían muy molones.
Somos responsables de todo lo que hacemos y no hay nada más triste que hacerse el tonto para escurrir el bulto. Bastaría con un simple «me equivoqué, no tuve en cuenta que se trataba de un personaje atroz que hizo un daño terrible a la humanidad». O si eres del género más insensible te amparas en tu libertad de hacer lo que quieras; todo menos que el diseño te atrapó y nubló la mente…
¿Eres consciente de lo que llevas? ¿O te dejas llegar solo por la moda y el diseño?
photo credit: karlheinz klingbeil Colmar/Alsace 21.4.2019 via photopin (license)
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