¿Tan importantes son los entrenadores?
Tras cada entrenador hay una persona. Cada uno con una filosofía de trabajo única y con un estilo muy determinado para encajar deportistas de altísimo rendimiento y que jueguen como un bloque o ente orgánico cuyo resultado final sea mayor que la suma de sus integrantes. No hay un entrenador que se parezca al 100% a otro; imposible. Lo que sí les une a todos es su trabajo en entornos competitivos de máxima presión, su exposición a las decisiones que toman dentro del equipo y tener que lidiar constantemente con la tensión personal y grupal cuando siempre hay que ganar.
Doc Rivers llevó el concepto filosófico «Ubuntu» en los Celtics campeones de 2008. Jill Ellis acompañó a sus jugadoras de la selección nacional norteamericama para reclamar los derechos de la mujer en el mundo. José Mourinho, pura confrontación, siempre en el ojo del huracán, consiguió llevar a jugadores semidesconocidos en Portugal a la cima de Europa.
Si en algo coinciden los tres, más allá de los títulos, son momentos íntimos y situaciones emocionantes vividas fruto de la convivencia entre entrenador y jugadores. De los tres episodios que he visto –aún me faltan un par más-, lo que más me ha impresionado es el abrazo silencioso entre Materazzi y Mourinho, envuelto en lágrimas. En el aparcamiento, tras ganar la Champions el Inter, el luso se despedía para irse al Madrid.
¿Aún crees que el entrenador no tiene mucho peso?
photo credit: ©disegna si ens toquen a una ens toquen a totes via photopin (license)
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