¿Apuras demasiado?
Los protocolos sanitarios del Covid constituyen un laberinto en el que siempre me acabo perdiendo. Y si encima no se aplican criterios nada lógicos acabo como Jack Nicholson en la escena final de El Resplandor.
Aluciné cuando me hice la prueba PCR, quedé confinado un viernes en una habitación, y me dijeron que mi familia podía hacer vida normal mientras no tuviera el resultado de las pruebas. Y si acabas dando positivo, ¿qué pasa con el entorno? Ese fin de semana mi hija jugaba un torneo en Mataró contra varios equipos y mi hijo jugaba la primera jornada de la temporada de hockey en línea.
La prudencia hizo que ninguno de los dos fueran a sus compromisos deportivos. Menos mal, porque el único que se salvó finalmente de la quema fue Oriol (y hubiéramos dado alas a una potencial propagación del virus).
Más echados para adelante fueron en la máxima competición femenina de baloncesto, ya que saltó el resultado de un positivo de una jugadora del Casademont Zaragoza cuando ya estaban disputando el partido en el pabellón del Araski. No sé mucho de protocolos, pero si la metodología hace que no tengas las pruebas antes del inicio del encuentro tienes tres opciones: retrasarlo, posponerlo o cambiar el protocolo. De lo contrario corres el peligro de acabar como Jack Torrance, petrificado, dentro del laberinto…
¿Llevas más allá del límite los límites? ¿O tienes que disponer de colchones temporales para disponer de margen de maniobra?
photo credit: Carlos Velayos Al límite… via photopin (license)
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