¿Qué harías sin brazos ni piernas?
Cierra los ojos. Olvídate de todo lo que te rodea. Imagina. Imagínate que no tienes brazos. Respira hondo… Imagínate ahora que te faltan también las piernas. Vuelve a respirar hondo…. ¿Y ahora qué?
Bob Lujano, que perdió sus cuatro extremidades de bebé, lo tiene claro: «utilizo todo lo que tengo a mi alcance para vivir la vida. Y eso es lo que tenemos que hacer todos. Aprovechar lo que tenemos». Vive solo, trabaja y conduce sin problemas. Y sueña con jugar los JJOO. Se entrena al máximo en el equipo estadounidense paralímpico de rugby.
Murderball es un documental sobrecogedor sobre deporte. Acerca de personas que por razones varias han llegado al mismo lugar: una silla de ruedas. Pero más allá de este importante detalle común, es un canto a la determinación y a la vida. Tras superar complejos procesos de adaptación a sus nuevas vidas, viven intensamente su pasión por el rugby parapléjico.
Te acabas olvidando de las sillas y te metes de lleno en la competición: finales ajustadísimos de infarto, el estrés de los días previos, la rivalidad entre EEUU y Canadá, la euforia de la victoria, las lágrimas y la desolación de la derrota, la intensidad de los partidos, el sufrimiento de los familiares desde la grada… Como se comenta en el documental «es como estar en los autos de choque pero a lo bestia». Son deportistas parapléjicos, pero no buscan la compasión: «No queremos cariñitos, queremos la puta medalla de oro».
La moraleja del cuento la pone Mark Zupan, jugador de la selección de EEUU: «No dejéis que este trasto (la silla) os limite a la hora de cumplir vuestros sueños».
¿Si tienes dos brazos y dos piernas, qué límite tienes?
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