¿Todo lo que te pasa es normal?

Un día como cualquier otro nacemos. Y, queramos o no, empezamos a crecer… Y cada uno lo hace en un entorno único, singular e irrepetible. Y ahí empiezan a articularse todo un complejo y gigantesco sistema de etiquetas y catalogaciones: lo que está bien, lo que está mal, lo que debe hacerse, lo que te gusta, las rayas que nunca deberías traspasar, lo que es justo, lo que es extraño y lo que es normal…
Y hay cosas te tú crees que son normales y que para otros no lo son: dependiendo en el entorno en el que hayas nacido acariciarse, besarse, pegarse, matarse, morir joven, llegar a anciano, trabajar, jugar, faltar al colegio, ir a la escuela, no tener agua potable, abrir el grifo y que salga un chorro, pueden formar parte de tu normalidad. Y en esa inocencia vives, hasta que la vida, a veces, te pasa por encima y te sacude de arriba a abajo.
A Berta Bonastre le cambiaron el pan por el stick al nacer. Sus padres jugaron a hockey hierba, sus hermanas también, así que lo lógico era que ella jugara a lo mismo; normal. Y como su hermana Silvia fue a unos juegos olímpicos, pues ella pensó que sería normal hacer lo mismo. Pero los Juegos Olímpicos de Londres 2012 los vió por la tele. Y lloró como nunca . En esa natural normalidad olvidó que hay trenes que pasan cada 4 años a toda velocidad, que muchos equipos quieren cogerlo, pero que pocos lo logran.
Ahora lo ve con otros ojos y lucha con sus compañeras para subirse a la locomotora que va a Río en 2016…
¿Tu normalidad es anormal para otros?
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