Del Everest a Mordor y tiro porqué me toca...

Si cambiáramos el cándido y divertido Juego de la Oca por uno más macabro y sórdido, existiría la posibilidad de caer en una casilla que te llevara a cantar un «del Everest a Mordor y tiro porqué me toca…» En esa casilla se encuentra el hasta hace poco Dios y gurú de los banquillos, Pep Guardiola. Él ya ha jugado a este duro juego en otras ocasiones.
Salió de la cima, del FC Barcelona- el club que se lo había dado todo y al que él lo había entregado todo- por la puerta de atrás. Y en su periplo por el mundo llegó su primera visita a Mordor: el positivo por nandrolona en Italia. Y le costó tiempo y mucho sudor demostrar su inocencia…
Y cuando salió, se metió de nuevo, esta vez por gusto. Volvió a su amado Barça, ahora convertido en entrenador, en estratega de la banda. Se batió el cobre en el Mordor de tercera división y subió al filial de categoría. Y de un Mordor chiquitito se metió en uno enorme: enderezar el desfase del fin de la era Rijkaard.
Y volvió al Everest. Fue el primer y único entrenador en llevarse el sexteto. Y convirtió al Barça en una máquina de ganar. Y se fundió, se tomó un año sabático y asumió el reto de engrandecer al Bayern campeón de Europa. Y el Madrid le pasó por encima, y ahora Guardiola vuelve a estar en Mordor, cuestionado y machacado. Pero él sigue fiel a su filosofía, a su posesión de balón, para volver a hacer cumbre… ¿Lo conseguirá?
¿Te mantienes fiel a tu estilo y objetivos cuando las cosas van mal? ¿O te hacen bailar como una veleta los comentarios de los demás?
photo credit: pasukaru76 via photopin cc
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