¿Eres un ser perfecto al que todos atacan?
Anna está en esa edad en la que empieza a tener una opinión formada acerca de las cosas y que usa argumentos para intentar rebatir los tuyos. Sus pataletas físicas han dado paso, con ocho años, de forma sibilina, a la dialéctica. Pero cuando se siente acorralada, sin salida, en el momento el que ya no tiene adonde ir, entonces se pone gato panza arriba con un contundente y enérgico «NO ES JUSTO». «No es justo esto». «No es justo aquello». «Me parece que lo que has decidido es una injusticia…». Al no poder salirse con la suya, usa ese mágico comodín que lo justifica todo.
Cuando en la ecuación se encuentra Oriol -que aún no tienes los tres años- todo se vuelve más complejo y confuso, aunque ella siempre lo tiene claro. «Ha sido su culpa» (aunque su hermano esté a una distancia prudencial de seguridad) o «Nunca me dejáis hacer nada» (culpando a otros de lo que le sucede). Culpar a otros y culpar al entorno de tus propios problemas.
De culpar a otros y al entorno sabe mucho Florentino Pérez. Todo se convirtió en una nebulosa de estupefacción cuando salió a la palestra, en rueda de prensa, para justificar lo injustificable: el 0-4 en el derby. Que si se arrastra el desgaste de la era Ancelotti, que si hay una campaña orquestada contra él (sostiene que hay medios que solo trabajan para deteriorar su figura y la del Real Madrid).
Te han metido un hachazo en toda regla y hay que trabajar para mejorar. Nada más. Podemos culpar a otros y al entorno, pero los fríos datos dicen que el Barça les enchufó cuatro goles en casa; que Messi se paseó por el campo en la segunda parte y que en algunos momentos del partido el Madrid parecía un equipo de Subbuteo…
¿Todo lo que te pasa en la vida es culpa de otros? ¿O algo tienes que ver en todo ello?
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