Me piro vampiro (si es lo que no esperaba)
Hay fiestones a los que todo mortal querría asistir. Hay millones de aspirantes, pero tan solo un puñado de elegidos van a poder vivirlo. Da igual lo que te tengas que dejar por el camino, todas las renuncias, todos los sacrificios. En el momento de llegar al lugar de reunión, se disipa todo el dolor, el sufrimiento y las lágrimas para disfrutar como un enano. Y el megaevento que todo deportistas que se precie no se perdería por nada del mundo (menos los golfistas y algunas estrellas de la NBA) son unos JJOO.
Antiguamente el recibidor (ahora como los pisos suelen ser súperpequeños, apenas existen) era una primera experiencia con lo que ibas a sentir después, al entrar en las diferentes estancias del piso. La antesala de los juegos es la Villa Olímpica de Río, donde se alojarán la mayoría de los deportistas… o no.
La delegación australiana ha sido la primera en elevar sus quejas de forma rotunda y clara: si no se dan las condiciones, esos alojamientos quedarán vacíos y los oceánicos se irán a otras instalaciones a descansar. Se han encontrado fugas de agua, de gas, cortocircuitos, suciedad, lavabos mal instalados… Vaya, lo que espera un deportista de élite en un evento top. Hay delegaciones que incluso han contratado operarios para arreglar el desaguisado, al margen de la organización.
Megaexpectación versus súperdecepción… Promesas 0 – Cagadas 1… Y el partido aún no ha empezado…
¿Si no encuentras lo que esperabas te vas y punto? ¿O podría ser siempre peor?
photo credit: Murciélago reflejado sobre el agua. via photopin (license)
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