¿Estás obligado a no perder?
El campeonato del mundo de ajedrez está que arde. Visto desde fuera parece una pasión extraña. Dos tipos que andan por un camino tan estrecho que apenas les cabe el pie. Un mal paso y se abre ante ellos un terrible precipicio. Un paso en falso y sencillamente adiós. No hay margen de maniobra. Solo habrá un fallo; el primero y el último. Todo va encaminado a una dramática caminata por el desfiladero abocada a que quien pierda la primera partida acabe despeñándose y perdiendo la contienda definitivamente.
Argentina hizo un pacto con el diablo en 1986 y creó una soga que surca el cuello de Leo Messi desde que ya se encontraba en su útero materno. Una soga que hace que, desde que Maradona levantara la copa de ganador planetario, cada derrota sea sinónimo de vergüenza e incomprensión. Porqué la afición albiceleste no contempla nada que no sea ganar, nada que no sea reinar. Incluso le niegan a su estandarte la importancia de su medalla de oro en Pekín, porqué consideran que no está a la altura.
Soga parecida, pero con sombra de peón, es la que se cierne sobre Magnus Carlsen. En las apuestas se le da como claro favorito. Parece que más que ganar a Kariakin lo que no tiene que hacer durante el torneo es cagarla, ya que la victoria viene casi por imperativo legal . Porqué se le da por presupuesta la victoria, y eso pesa y presiona… De momento empate a tres y la séptima partida en juego. Y Carlsen expulsando su impotencia al poder vencer, pateando una puerta o pidiendo pizza para cenar (saltándose las recomendaciones de sus asesores). A ver si le sirve para desahogarse, soltar lastre y acabar con tantas tablas…
¿Intentas dar lo mejor de ti mismo? ¿O vives mediatizado por la victoria y la derrota?
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