¿El fútbol es religión?

Nunca creí que el deporte pudiera llegar al nivel de dogmatismo de la religión. Con los años uno mantiene la pasión, pero lo relativiza todo un poco. Ya quedaron atrás aquellos días en los que la derrota dolía hasta llorar (ese efecto creó en mí Toni Kukoc y su increíble Jugoplastika, una de las mil veces que dejó al Barça sin el sueño de su primera Copa de Europa de baloncesto). Ahora si pierdes bien, y si ganas pues mejor. Soy seguidor pero no me considero un fanático.
También recuerdo que cuando eres joven te comportas de forma más temeraria, desvergonzada y despreocupada. Va con la edad. Las consecuencias de lo que estás haciendo quedan para ti en un cuarto o quinto plano, siendo generoso. Eso es lo que debió pensar Rubén Sánchez, jugador del juvenil B del Reus que fue a ver el derby de Tarragona con la camiseta del Nàstic. Seguramente no fue una decisión muy inteligente.
Pero si hemos decidido que no vamos a discriminar a nadie por razones de sexo, religión, nacionalidad, cultura o color de piel, no entiendo porqué discriminamos por temas deportivos. No seamos hipócritas. Tus habilidades las desarrollas en empresas, clubes deportivos y entidades, con independencia de tus colores. Estás trabajando y tus ideas no te convierten en el diablo. Aunque en el Reus sí que lo han considerado así, echando al chaval del club en una decisión polémica.
Un canto a las buenas maneras, a la diversidad, a las segundas oportunidades… Esto es formación y lo demás son tonterías…
¿Las ideas personales pueden inhabilitar a una persona? ¿O si es buen profesional que haga lo que quiera en su vida privada?
photo credit: du.moreira 11_09_2016_festa_bandeiras-176 via photopin (license)
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