¿Tu careto extremo te delata?
No he visto nunca la película La máscara. Aunque no lo siento como una pérdida, reconozco que fue una buena operación de marketing y que las múltiples caras grotescas y esos espectaculares efectos faciales la convirtieron en un icono visual. La verdad que Jim Carrey no me motiva lo más mínimo, aunque tengo absurdas debilidades con él como protagonista de, “2 tontos muy tontos”. Esos mismos caretos verdes imposibles, me ha parecido ver durante esta pretemporada, en el box de Ducati.
En la presentación oficial del equipo de moto GP (hace dos semanas), Jorge Lorenzo se vino arriba. Sacó la lengua y dijo sin pestañear que peleará, desde el minuto uno, por el campeonato. Su receta: talento y método. Solo diez días más tarde, se le cayó estruendosamente la quijada al suelo, a plomo. Decimoséptimo en los primeros entrenamientos libres del año: su cara era una mezcla de contrariedad y preocupación. Se dio cuenta que se le fue la olla haciendo pronósticos: “Necesitaré más tiempo del que esperaba para adaptarme a la moto”. Y solo 24 horas más tarde, Lorenzo tenía otro semblante, con los ojos saliéndose de sus órbitas. Se le veía feliz en el segundo día de tests: «La progresión fue gigantesca, no estaba preocupado».
Esquizofrenia facial en tan solo 11 días; dando bandazos. De espectaculares picos hasta valles profundos y viceversa, según le va al mallorquín. Un estado de ánimo para cada resultado. Una cosa es ver, durante 1 hora y 41 minutos, el careto verde de Carrey deformándose, cómodamente sentado al otro lado de la pantalla… La otra es ir a trabajar al box y esperar a ver por dónde sale la máscara de Lorenzo, en directo…
¿Tu cara bascula totalmente de la euforia infinita a la depresión absoluta? ¿O mantienes el rictus aplicando dosis de santa paciencia?
photo credit: José Pestana The Mask III… via photopin (license)
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