¿Te arriesgas con los melones?
El draft de la NBA ya está a la vuelta de la esquina. Es el punto de partida de un largo viaje para los equipos perdedores de la temporada, los que han quedado fuera de los play-off por el anillo. Es un globo lleno de ilusión, en el que insuflan las esperanzas y el futuro de las franquicias que lo están pasando mal. Es el cimiento sobre el que se va a apoyar todo un nuevo proyecto deportivo.
Aunque los analistas de los clubes manejan infinidad de datos, vídeos e información, existe un margen de error que está siempre ahí, amenazante. No deja de ser una prueba de melones a lo bestia. Dispones de indicios que la fruta escogida va a ser la idónea. Puedes hacer incluso el numerito de golpearlo para ver su calidad (aunque no tengas ni idea de lo que estás haciendo…). Pero hasta que lo abres y saboreas no sabes si es una buena elección. Y si la has cagado ya no puedes devolverlo…
A veces la clavas (Magic Johnson, Lebron James o Tim Duncan); otras la pifias hasta querer desaparecer (Pervis Ellison, Len Bias, Greg Oden). Este año la polémica ya está servida con una de sus primeras elecciones: Lonzo Ball. El jugador de UCLA se debatirá entre sus grandes números desde el instituto, la expectativas desorbitantes de su polémico padre y una competición que le espera con uñas y dientes… Veremos si el melón es dulce o se antoja incomestible…
¿Tiras de intuición? ¿O sin un montón de datos encima de la mesa no tomas ninguna decisión?
photo credit: Paolo Ferrarini Boqueria via photopin (license)
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