• ivanferrer
• A 15/05/2018

El Barça se jugaba la imbatibilidad, un récord trabajado a lo largo de toda una larguísima y dura temporada. Solo faltaban dos estaciones para llegar a cocheras y parar. Y en la penúltima estación salió el equipo como el adolescente medio despistado y sobradete, que se viene arriba y se arriesga a no pagar billete en una línea en la que el revisor aparece siempre por la espalda, en el momento más inesperado.

Y salió con la banda sonora de Amaia y Alfred de fondo. Para mi gusto, una mala canción Disney para intentar ganar un certamen que directamente juega a otra cosa y en la que pesan muchos más elementos que el puramente vocal. Tema triste, aburrido, empalagoso, lento, cansino… En línea con la escenografía y el decorado de la representación nacional de la edición 2018 de Eurovisión; parecía hecha por los mismos encargados de las películas de Paco Martínez Soria y Martín López Vázquez. Simplificándolo todo, la mayoría de países -excepto Moldavia, que requiere una mención aparte con su vodevil al estilo “Escenas de Matrimonio”- usaron la tecnología para dar espectacularidad a la parte musical. Todos iban en un Fórmula 1 mientras España decidió que les haría la competencia con un Seat 600.

Y el Barça sacó su 600 de líder y le cayeron cinco. Aunque le dé mucha rabia a Valverde, ahora ya podrán jugar tranquilos y relajados contra la Real Sociedad…

¿Te piensas que algún día ganarás sin sudar la camiseta? ¿O la tensión no hay que perderla nunca?

photo credit: Carolyn from London Barbara Streisand via photopin (license)