No sin mi PC (a la de dos)
Durante las vacaciones es cuando pasamos más tiempo con nuestros hijos. Hay instantes en que la caldera se pone a ebullición, a punto de estallar como un volcán. Pero en muchos otros te sientes afortunado de divertirte y compartir grandes y pequeños momentos con ellos. Te guste o no, si tienes pequeños (o no tanto), eres educador a tiempo completo. Una suerte de Seven Eleven que cubre múltiples necesidades día y noche…
Cuando vuelva el triste y lánguido septiembre, empezará la cuesta de la vuelta al cole. Y con ella, se iniciará una nueva temporada deportiva: más baloncesto y hockey en línea. La verdad que ha mejorado infinitamente el nivel de los entrenadores de los niños respecto a cuando yo los tuve, hace más de tres décadas. Todo era más rupestre e instintivo y el que no sabía o poseía un talento natural excepcional (como yo) tampoco tenía demasiadas opciones de aprender.
Si hubiera tenido una lámpara maravillosa, hubiera pedido al genio el entrenador de losManassas Tigers (Instituto del Norte de Memphis, Tennessee, EEUU). Bill Courtney es, para mí, ejemplo y paradigma de lo que debería ser siempre un entrenador de menores: contagiar pasión, educar en valores a través del deporte y engancharlos a un colectivo para ser algo más que un simple individuo…
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