No sin mi PC (a la de una)
Llega el momento de irse de vacaciones, de bajar el pistón, coquetear con el aburrimiento y disfrutar de abrasadoras tardes que parece que nunca van a tener fin… En este aspecto no hay diferencia entre el deporte y otras esferas de la vida: hay que descansar. Creo firmemente que tomar una limonada cuando sientes unas ganas locas de beber (no hace falta llegar al punto de la deshidratación) sienta el doble de bien; es sencillo comprobarlo y nada peligroso. De esa misma manera hay que vaciarse de todas las rutinas del día a día para volver a cogerlas, a la vuelta con más ganas (y no más destrozado que cuando empezaste el período de largo asueto)…
Si eres de los prisioneros del tiempo o perteneces a la tribu de “no sin mi portátil”, aquí vienen tres grandes recomendaciones sobre documentales deportivos. Grandes porque, bajo mi punto de visto, relatan historias apasionantes o conectan con mis convicciones filosófico-deportivas…
Mi primera propuesta para este mes de agosto es Icarus. Un ciclista amateur quiere realizar un documental sobre cómo puede influir y mejorar en su rendimiento un programa planificado de dopaje para disputar la Haute Route (la prueba más prestigiosa del mundo amateur por etapas). Y lo que parece una simple hipótesis a confirmar acaba desembocando en el juego más peligroso de la historia del deporte…
photo credit: The National Guard Alaska National Guard via photopin (license)
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