¿Lo intentas o pasas a la acción?
La cruz del deporte se simboliza con la derrota. Sí, es cierto; la derrota duele. Puede, incluso, llegar a hundirte. Son especialmente sangrantes cuando se te escapa la victoria en los últimos instantes, capitulando in extremis sobre la bocina. Pero también tiene otra capacidad, poco valorada, que tiene la propiedad sanadora de reforzarte. Y te indica, en medio de la fría, lluviosa y oscura noche, con neones rosas y naranjas fosforito, que el camino es el correcto.
El sábado, como indicaba la lógica y el potencial de ambos equipos, las opciones de victoria del Cornellà ante el Barça se situaban en un 5%, siendo generosos. Pero a diferencia del partido de ida -en el que las azulonas entregaron las llaves del castillo desde el primer instante, sin oponer apenas resistencia-, las niñas decidieron vender muy cara cada canasta e ir a por su rival desde el minuto cero.
No intentaron plantar batalla ni perder de poco, lo hicieron. Defendieron y atacaron como un bloque… y celebraron su mejor derrota. Como no podía ser de otra manera. Las caras de felicidad de las jugadoras al acabar la contienda, formando un enérgico y electrizante círculo azul de la alegría, lo decía todo. Con derrotas así no importa el resultado porque son, incluso, mejores que la mayoría de victorias…
¿Perder es siempre malo? ¿O hay derrotas que valoras más que ganar?
photo credit: jeffdjevdet I Must Try Harder via photopin (license)
Publicar un comentario