¿Dónde está tu palabra?
Como el aburrido pastorcillo que daba por saco a todo el pueblo con su recurrente “que viene el lobo”, al ciclismo se le acabaron los chistes sobre su lucha contra el dopaje. Dejaron de hacerme gracia, la verdad. Tantos escándalos, innumerables ciclistas implicados, estructuras de equipos manchadas… me obligaron, lamentablemente, a marcarle mentalmente una cruz a este bello y emocionante deporte. Se acabaron las tardes de julio en el trabajo, escuchando el Tour en la Cadena SER. Lo he intentado un par de veces por la televisión. Pero mientras miro la pantalla, subliminalmente, me martillean de forma invisible las palabras “trampa” y “mentira”. En ese momento, me siento como un tonto que se está autoengañando, viendo una ilusión deportiva estructurada en forma de carrera por etapas.
Tras la conclusión del serial de Fenati, le pongo también el GAME OVER, hoy mismo, al motociclismo. Todos nos rasgamos las vestiduras al ver una de las secuencias más vergonzosas -a la vez que peligrosas- de la historia del deporte. Y ahora, tras dos míseros meses -y como si no hubiera pasado nada- se anuncia que veremos al piloto italiano subido en una Moto 3 del mismo equipo que lo echó.
Pues resulta que en su día me equivoqué, no había para tanto…
¿Tus intereses pasan por encima de tus valores? ¿O hay sucesos en los que ya no hay vuelta atrás?
photo credit: +Lexia.com – pluslexia.com Alphabet via photopin (license)
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