¿Las ganas impulsan tu regreso?
Los últimos meses que se ha pegado Marc Márquez han tenido que ser más fríos que lo que las temperaturas han reflejado a lo largo del final del otoño e inicio del invierno. No poder hacer lo que más te gusta, subirte a una moto, es un palo de dimensiones cósmicas. Pero se amplifica hasta el infinito, si además va tu sueldo en ello y este hecho te impide estar al 100% para probar la máquina en los tests de pretemporada… Sé que es necesario, pero el trabajo de gimnasio es un peñazo que me echa para atrás cada vez que tengo que enfrentarme a él (aunque por suerte, en mi caso, son muy pocas).
Yo recuerdo que, mientras me recuperaba de un esguince en los ligamentos de la rodilla jugando al fútbol, el gimnasio era terrorífico, tedioso, con avances muy lentos. En la mutua de futbolistas pasaba las horas entre ultrasonidos, corrientes y ejercicios. Tenía tantas ganas de volver a jugar que tuve una divertida anécdota con el fisioterapeuta. Me llamó la atención mientras usaba unas alforjas de arena para fortalecer la rodilla. Me preguntó que “qué hacia”. Como sabía por dónde iba el comentario, le miré y solo sonreí. Estaba usando alforjas con el triple de peso que debía usar… Las cambié por las que me tocaba, pero al día siguiente volví a las andadas… En mi caso, solo hubiera funcionado el mismo plan que desactivó las ganas de pilotar de Márquez: desmontarle todas las motos.
Por esa razón entiendo las ganas que le pone Carolina Marín, tras su grave contratiempo físico, que desde el minuto 1 se pone en marcha. Y es que cuando hay un objetivo claro, las ganas acaban venciendo a las circunstancias…
¿Pones toda la carne en el asador para volver? ¿O eres de los que no tiene prisa?
photo credit: Thomas Hawk Come Back Soon via photopin (license)
Publicar un comentario