• ivanferrer
• A 11/03/2019

El sábado jugaba Oriol su segundo torneo de hockey en línea, desde que se inició en el patinaje en septiembre de 2017. Media hora antes de empezar, en el vestuario, nos repartió Carles las camisetas para jugar, unas elásticas de entre 5 y 8 tallas más grandes que los jugadores. La verdad que era muy divertido ver a los niños vestidos como pequeños fantasmas azul oscuro, ataviados con cascos, espinilleras, guantes y patines.

Mientras todo el mundo se empezaba a poner en situación, llegó el primer momento crítico del día. El entrenador se disponía a preparar el sorteo para dilucidar quién se pondría bajo los palos en el primer encuentro del triangular contra otros dos equipos de Cornellà. Pero antes, lanzó la pregunta al aire y, de forma sorprendente, Oriol levantó la mano acompañándolo de un enérgico “yo quiero ser portero”. Supongo que, con el recuerdo aún fresco de hace unas semanas de su experiencia en un entrenamiento, quiso repetir. Miró a Carles fijamente y, en un tono trascendente, le hizo una pregunta sumamente importante para él en ese momento: “¿Me Puedo tirar al suelo?”. Su entrenador sonrió y le contesto: “¡Pues claro!”.

Jugó y se lo pasó en grande. Y no le angustió, ni lo más mínimo, que el marcador acabara en un amplio 2-9. Cada vez que el puck traspasaba la línea de gol, lo recogía pausada y escrupulosamente de la red y se lo entregaba al árbitro para reanudar el juego. La cuestión era volver a empezar cuanto antes para tirarse al suelo cuando el puck amenazara su portería. Total, para eso jugaba de portero ¿no?

¿Si te gusta repites? ¿O hay experiencias que con una sola vez ya es suficiente?

photo credit: Pascal Rey Photographies DSC_6736 via photopin (license)