• ivanferrer
• A 12/03/2019

Tras el primer encuentro del torneo de hockey en línea, jugado a las 9 de la mañana, llegó el turno de los juegos de habilidad y velocidad (carreras, circuito, y tiros a portería) a las 11:20. Su segundo partido no se iba a jugar hasta las 14:00. Y mientras llegaba su turno, con una hora y media de espera, empezaron a fluir las ideas entre los niños. Y ninguna de ellas iba encaminada a quedarse, descansando en la grada, mirando los dos partidos que se disputarían antes que el suyo. El equipo entero, como seis inquietos kamikazes, se dedicaron todo el rato a dar vueltas sin parar, como locos, al perímetro de la pista. Se iban persiguiendo los unos a los otros en una carrera eterna sin fin… También se tiraron innumerables veces por una minirampa que había tras una de las porterías, dejándose llevar por la inercia de los patines. Disfrutaron tanto de ese momento que se olvidaron que tenían que jugar otro partido después.

Y salieron a la pista literalmente fundidos. El resultado fue de 0-6 (no hace falta decir a favor de quién). El instante más divertido fue en el que Oriol i Lluís se discutían por ves a saber qué cuestión mientras una jugadora contraria encaraba sola al portero. En la entrega de trofeos se olvidaron de todo el cansancio acumulado durante la mañana cuando recibieron una medalla y una caja de chuches para cada uno y una mini réplica de la Champions para el flamante tercer clasificado…

¿Disfrutas del momento sin importarte el después? ¿O te reservas pensando solo en el gran momento?

photo credit: olivermiranda Acero fundido via photopin (license)