¿Una putada se puede convertir en un regalo?
En la fase previa estuvimos encuadrados en el grupo 4. Nos enfrentamos a un equipo inalcanzable en ese momento, el Barça. En la previa del primer partido de liga, Anna me dijo que le habían comentado que había una niña alta como yo (mido 1,75). La verdad que no le hice mucho caso, a veces los críos exageran mucho y son capaces de generar leyendas a partir de situaciones cotidianas. Pero cuando al día siguiente vi entrar en el pabellón al equipo contrario, mi hija estaba en lo cierto. Vaya pedazo de armario empotrado enfundado en una jugadora de baloncesto…
Nos jugamos la segunda plaza -que daba acceso al nivel A1 en la fase regular- con el Hospitalet. En dos partidos extremadamente igualados, los marcadores no nos fueron propicios. Ambos juegos fueron muy trabados y físicos y aunque estuvimos en todos los encuentros muy cerca, no fue posible. Tan solo 8 puntos nos separaron de ganarnos el billete para A1. En su momento fue una pequeña desilusión, pero con el paso de los meses esa realidad a priori decepcionante se convirtió en una oportunidad, un regalo que nos ha permitido vivir una fantástica primera vuelta en A2 y luchar, cada semana, por estar en lo más alto de la clasificación. No tiene ningún sentido pensar “que hubiera pasado si…”. La realidad es ésta y hay que disfrutarla, que mañana van las niñas a casa del segundo clasificado…
¿Disfutas de tu realidad? ¿O fantaseas con futuros paralelos?
photo credit: crises_crs Merry Christmas via photopin (license)
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