¿Eres una pulga en un mundo de monstruos?

Antes de la era de las redes sociales y que viajar dejara de ser un auténtico lujo, los veranos se pasaban el pueblo. El mío era Santa Bàrbara (nada que ver con la glamurosa población de California), lugar en el que nunca pasaba nada, solo el tiempo. Se avivaban solo un poco las brasas los domingos, en que el personal se ponía la ropa de bonito para ir a misa y tomar un refresco o helado en la plaza mayor. Me sorprendía dónde se metía todo el mundo. Las calles vacías, siempre en silencio, como una peli del oeste antes del duelo final… en la que nunca había duelo. No entendía dónde se metían los casi 3.800 habitantes todo el día…
Por esta razón me alucina que un pueblo de menos de 3.000 habitantes vaya a tener un equipo en la Liga Asobal, la máxima categoría del balonmano nacional. Si Apple surgió de un garaje, un equipo de élite puede salir de un minúsculo lugar como Nava de la Asunción (Segovia). Ello demuestra que los equipos se cimentan a base de pasión y un proyecto sólido que te impulsa hacia la pura y desmedida ambición. Solo así los sueños se hacen realidad, a base de trabajo y rehuyendo de la suerte. Ahora que ya han sorteado todas las adversidades para llegar a la cúspide, solo les queda disfrutar del año que van a vivir, jugando contra el Barcelona, Irún, Ademar León o Granollers. Una pulga entre monstruos; a ver cómo sobrevive al reto…
¿Es compatible un proyecto de élite en un minipueblo? ¿O la ambición debe ser proporcional al tamaño?
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