¿Sin victoria no hay juego?
Lo que empezó como la creación del mejor equipo de motociclismo jamás soñado, se acabó convirtiendo en más de lo mismo. Un monólogo de Marc Márquez con dudosa fecha de caducidad, tanto por su edad (26 años), como por su infinita hambre de seguir coleccionando títulos mundiales (8, 6 de ellos en Moto GP). A medida que Márquez engrandecía su leyenda, su compañero de box se iba empequeñeciendo entre dudas, caídas, lesiones y una inadaptación a la moto alarmante. A falta de una sola carrera para acabar el campeonato, Jorge Lorenzo pena, con 25 puntos, por la parte baja de la clasificación. El tricampeón de Moto GP, a años luz de sus más poderosos contrincantes, ha decidido poner el caballete y oler la gasolina lejos del asfalto.
Jorge Lorenzo se retira, al verse a galaxias de distancia de la victoria, debatiéndose por unas migajas de puntos durante cada gran premio. Supongo que la comparación de su situación actual con la adrenalina y el subidón de la pelea por la victoria han podido con él. Lo veía tan lejano que dejó de interesarse por la alta competición. Seguir luchando encima de un bólido de dos ruedas dejó de tener sentido para él.
El riesgo y el esfuerzo ya no le compensaban y correr con 0 opciones de victoria no era divertido. Supongo que ese lastre definitivo es la espoleta que sigue impulsando al eterno Valentino Rossi. Un veterano que, aunque lleva 10 temporadas sin ganar el mundial, sigue peleando con los jóvenes pilotos…
¿Si no puedes ganar no juegas? ¿O eres de los que si se divierte da igual?
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