¿Hay algo mejor que la victoria?
Lo más espectacular de la épica del deporte, es lo que sus intrahistorias esconden. Y es que el final, da igual la especialidad deportiva, siempre acaba siendo el mismo: sonrisas, lágrimas, emoción, copa -levantada, abrazada, besada o mordida- y para casa. Mi historia favorita es aquella en la que el Barcelona se acaba coronando campeón de Europa de fútbol en Wembley y cuya copa levanta Abidal. Carles Puyol, capitán en aquella final, se saltó el protocolo no escrito y le cedió semejante honor a un invitado que estuvo entre la espada y la pared. Y es que meses atrás, tras diagnosticarle un cáncer de hígado, no se sabía si el francés podría volverse a calzar unas botas de fútbol.
Roberto Bautista se ha convertido en leyenda de la Davis. Tras dejar la concentración para pasar con su padre sus últimas horas de vida, reapareció en la final de forma sorprendente y emocionante. No se sabe si consiguió abstraerse de lo vivido recientemente o si el recuerdo de su padre le sirvió de catapulta para rehacerse. El caso es que saltó a la pista y se agenció con el primer punto de la final, acercando la meta de la sexta Davis para España. Y se la dejó, botando a media altura, para que Nadal acabara el trabajo. Un momento mágico que desencadenó la victoria…
¿Te emocionan las intrahistorias del deporte? ¿O solo te quedas con la victoria?
photo credit: trendingtopics #legend (Trending Twitter Topics from 08.02.2019) via photopin (license)
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