¿Qué ejemplo queremos dar?
El hecho de vivir en sociedad tiene sus ventajas: recibes apoyo de los demás y no te sientes solo; puedes compartir y mejorar colaborando con otros y socializas. Pero la cara oculta de estructuras gregarias es la presión del grupo que, en silencio, te acorrala sin dejarte ningún tipo de opción más allá de la del colectivo mayoritario. Y en esa presión influyen los referentes mediáticos, en este caso en concreto los deportistas.
Marc Márquez fue operado martes de una fractura en el húmero y dos días después recibe el OK de los médicos para volver a correr esta fin de semana. Empiezo a no entender nada, empleando el sentido común; pero a la vez lo veo todo más claro que nunca. El deporte de élite es insano, más allá de toda lógica razonable. Después dile a tu hijo tras pegarse un castañazo en moto que se lo tome con calma. Lo que más me alucina es la actitud de asombro que como sociedad estamos tomando ante lesiones como la de Marc Márquez.
Nos quedamos con la versión de que estamos ante un valiente y no nos cuestionamos los límites de lo razonable, hasta dónde un médico debe permitir que alguien se suba a una moto para competir al máximo nivel. Imaginad la presión de un piloto que pase en un futuro por el mismo trance y que decida volver al asfalto un mes más tarde; puro silencio acorralante…
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