¿Qué hubieras hecho?
En breve, hará un año que empezó este nuevo orden mundial y cotidiano dictado por un ser microscópico cuyo nombre hemos escuchado todos hasta la saciedad o “hasta el infinito y más allá” como diría el vaquero comisario Woody. El baloncesto de cantera, salvo pequeñas intermitencias, va camino de estar una temporada y media sin competición.
La semana pasada se abrió la posibilidad de competir en categoría preferente, durante el mes de marzo, en un formato exprés de un mes (grupos de 4 equipos a una sola vuelta y una fase final en caso de clasificarse).
La competición, bajo el paraguas de la Federación Española de Baloncesto, queda ligada al Campeonato de España de la correspondiente categoría. Por lo tanto, las niñas se pueden saltar el confinamiento municipal y el toque de queda para ir a entrenar y jugar. Y gracias a la disputa de dicho campeonato, las jugadoras pueden empezar a entrenar en febrero, para estar rodadas de cara a los partidos de marzo.
Cada semana, el equipo deberá pasar un control previo al partido para determinar que esté libre de coronavirus. Si el conjunto se confina no podrá jugar el encuentro y no se volverá a programar. Si alguna jugadora tiene que estar confinada por contacto estrecho con positivo, más de lo mismo. Y, además, las pruebas las tendrán que pagar los padres.
El fin de la historia es que Anna, entraría en una burbuja profesional de dos meses (tras los cuales se vuelve a la situación anterior, sin continuidad), para que la Federación Española tenga su campeona de España. Y sinceramente, no quería someter a ese estrés a mi hija; además de considerar personalmente que el planteamiento de la competición es sumamente artificial, surrealista y poco responsable. Por todo ello rechacé el ofrecimiento.
Y tú, ¿qué hubieras hecho?
photo credit: Pontalain 2018-04-29-Hesbaye-3Pt2 via photopin (license)
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