¿Eres mercancía?
Este sábado, el equipo en el que juega Oriol se enfrenta a los Dracs, líder invicto del grupo. Es uno de esos partidos en los que animas mucho y sufres aún más, por la sencilla razón que un pedacito de ti está en la pista. Yo he notado mucha más tensión en los partidos de Anna jugando a baloncesto que en el 95% de los encuentros que he presenciado en el Camp Nou. Y este fin de semana me estreno con Oriol.
Primero contra segundo, separados solo por una victoria. Me mueve mucho la curiosidad de ver cómo podrá hacer frente el Jujol a un equipo que en noviembre les pasó por encima. Estoy maravillado de cómo se empiezan a coordinar en los pases y se combinan para superar al equipo rival, más allá de emplear su técnica individual. Y cuando finalice la contienda, acabe como acabe el partido, Oriol vociferará, al salir de la ducha, su clásico y mítico «tinc gana!!!» Y nos reiremos para después ir a desayunar los cuatro.
Y esto es para mí deporte en esencia, sin mercantilismo alguno que lo ensucie y embarre sus valores. Ejemplos como el del traspaso de Ricky Rubio a los Pacers, lesionado de gravedad, o la lamentable decisión -bajo mi punto de vista- de Ironman vendiendo plazas para el mundial a 1.050€ me demuestran que esto de la alta competición es de todo menos deporte…
En el deporte de élite, ¿quien manda más es la economía? ¿O el rendimiento deportivo sigue marcando la pauta?
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