¿Esto se acaba?
Vi recientemente un documental sobre el origen y el fin del universo, en el que se establecía como epílogo teórico su muerte térmica. Aunque para ello quedan aún infinidad de años, en el mundo del deporte de base ya nos estamos encaminando hacia ello. El sábado el Cornellà (colista, con un balance de 1-7) se enfrentaba al Manresa (líder, con 8-1).
Mediada la mitad de la primera parte, parecía que una lógica aplastante se iba a imponer, ya que en el electrónico campeaba un rotundo 15-0. Pero como hormigas obreras, las visitantes fueron enjuagando la diferencia hasta alcanzar el empate en el minuto 40. Y en una prórroga repleta de emoción, el patito feo azul desplumó al majestuoso cisne rosa con un sorprendente 61-63.
Tras la alegría de la segunda victoria en la segunda fase, llegó la charla del entrenador del Manresa y la posterior sesión de estiramientos, en el que no se sabía si ganaba el ambiente depresivo o las lágrimas. Veo poca tolerancia a la frustración en los jóvenes de hoy día. Lo acepto; perder contra el último duele. Pero yo soy más de la teoría de aprender de ella (para salir reforzado y mejorado en el futuro) que no regocijarme en el fracaso como si Dar Vader me hubiera cortado la mano con su espada láser...
¿Cómo afrontas la derrota? ¿Como aprendizaje o pérdida y dolor?
Imagen de Mystic Art Design en Pixabay
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