¿Puedes hacer balance antes de llegar a la cumbre?
El domingo cambiaremos la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén por la emoción y los nervios a la llegada del pabellón en Sabadell. Y los niños dejarán de lado la tradicional ceremonia de la bendición y distribución de ramas de palma para entregarse, en cuerpo y alma, a su amado deporte del patín en línea. Llega el momento cumbre de la temporada, en el que se miden los 4 mejores equipos de la liga regular. Ahora ya será cuestión de que los malditos/benditos detalles decanten la balanza en cuatro partidos que se antojan equilibradísimos.
Dejando de lado el gran acontecimiento del que disfrutaremos este fin de semana, catalogaría la temporada como excelente. Creo que los jugadores han aprendido una barbaridad (ayer me fijé en el partidillo que hacen al final del entreno y han pasado, como equipo, de manejar un SEAT 600 a conducir un flamante DeLorean buscando el futuro), tenemos portero (como Ter Stegen pero con patines), el ambiente es fenomenal y, por primera vez en tres temporadas, hemos abandonado y enterrado desagradables temas extradeportivos.
Y en el plano personal, por fin Oriol se ha enganchado y enamorado del hockey en línea. Se enfada si llueve y no puede entrenar o si se pierde alguna práctica con los alevines. Incluso en verano se ha apuntado a un campus en Jaca de una semana. Se encinta la pala con el tape multicolor como si no hubiera un mañana y afirma que con sus nuevos patines «corro mucho más». La semana pasada disfrutó mucho, en una grada a reventar, viendo la final de la categoría alevín, en la que el Jujol se proclamó campeón en una contienda de las que enganchan al deporte.
La tecnología está muy bien, pero donde se ponga la electricidad, el esfuerzo, la entrega, la emoción y el subidón que te ofrecen los deportes en equipo, que se quiten las maquinitas…
¿Esperas al resultado final para hacer balance? ¿O con las sensaciones ya es suficiente?
Imagen de Claudia Beyli en Pixabay
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