¿Por qué te gusta el fútbol?
Veo todo el follón que se montó alrededor del Valencia-Madrid y me da la risa. Aparte de comprobar, por enésima vez, que Vinícius Jr es el jugador más tonto de la historia que ha parido madre, es divertido ver como el Madrid, tras el robo al Almería, se siente menospreciado, perjudicado y ultrajado por un colectivo que históricamente ha tratado a los blancos con guante de seda. Por mucho que la tecnología haya hecho acto de presencia, los árbitros (tantos los del VAR como los de pie de campo) se empeñan en demostrar su inutilidad infinita, alimentando discusiones carajilleras sin fin. Esas polémicas eternas son las que me hacen aborrecer el fútbol…
Pero veo una secuencia de unos pocos segundos que me recuerda por qué me tiene el fútbol atrapado de por vida… Poco importa si estamos alejados de la glamurosa Champions o de una de las cinco ligas más potentes y atractivas del planeta (italiana, alemana, inglesa o española), la explosión de júbilo que sigue a un gol, es algo inexplicable si no lo has vivido desde dentro (da igual si en el césped o desde la grada). Y si tras el tanto hay una historia de héroes y villanos (los propietarios del Wimbledon, se llevaron el club a 112 kilómetros de distancia y le cambiaron el nombre. En respuesta a ello, los aficionado refundaron el club, 8 divisiones más abajo. 22 años más tarde se vieron las caras en la cuarta división inglesa, el pasado fin de semana), la emoción del momento se multiplica exponencialmente.
Ver cómo se funden los ganadores, con un niño y la grada, en el descuento, me reconcilia con la belleza de compartir la alegría. Y en ese aspecto, el fútbol sigue sin tener comparación…
¿Qué te atrapa del fútbol?
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