¿Te ciega el olor a billetes?
Está muy claro que, aunque se disfrace de competición deportiva, el fútbol de élite en España ya se ha vendido al dinero saudí. La Supercopa se celebra a casi 3.500 kilómetros de distancia, hospedada por un régimen que, más allá de los dólares, ofrece una vergonzosa campaña de lavado de imagen a través del deporte. Pero lo más patético de todo es que los dirigentes del fútbol, cegados por ese dinero, le ofrecen competiciones domésticas y mundiales a este controvertido país de Oriente Próximo.
El actual presidente de la Federación Española de Fútbol, Rafael Louzán, sigue su particular cruzada para casarse con Arabia Saudita hasta 2034, año en el que se celebrará la vigesimoquinta edición de la Copa del Mundo.
El descojone máximo del asunto llega ante las intenciones de llevar también allí la Supercopa femenina: ”Quieren desarrollar mucho el fútbol femenino». Desarrollar el deporte, dice el tipo, en un país en el que las mujeres, en playas, parques, piscinas, gimnasios y transporte público, cuentan con zonas separadas para ambos sexos. Potenciar la práctica deportiva en un país “libre” en el que las chicas no pueden elegir pareja ni casarse sin el permiso de su padre o “tutor” (que debe aprobar la relación). Todo muy democrático…
Lo que no tiene en cuenta el ilustrísimo presidente, que opera como un rodillo implacable, es que delante va a tener un grupo de gladiadoras que defienden sus valores (no como los hombres, que dan vergüenza) y que, llegado el caso, pueden llegar a sacrificar un mundial por sus ideales…
¿Todo vale para ganar más dinero?
Imagen de Steve Buissinne en Pixabay
Publicar un comentario