¿Vas a la guerra cuando juegas al fútbol?
Las gradas de estadios de Sudamérica, convertidos en grandes rings de rupestre lucha libre, cíclicamente asaltan los telediarios. Y en otras ocasiones son los propios jugadores los que protagonizan lamentables lances de barriobajerismo en el fútbol. Da igual si son de primera o de cuarta regional. Son imágenes que deberían estar calificadas para mayores de 18 años, por ser de extrema violencia. Y como la lejía deberían estar fuera del alcance de los niños…
Yo estuve una vez en la guerra. Jugábamos el partido de ida de la promoción de ascenso a Segunda Regional. El sorteo fue duro con nosotros y nos emparejó con la Peña Barcelonista Cinco Rosas de Sant Boi. Nada más llegar por la carretera vimos La Bombonera, un campo de reducidísimas dimensiones – los liniers tenían que desplazarse por dentro del campo, ya que no había casi espacio entre la línea de banda y las vallas-, sin gradas y con un ambiente de olla a presión. Nos cayeron 4 goles en la primera parte y todo el banquillo (entre los cuales me encontraba) veíamos que la cosa estaba casi perdida (y aún faltaba media parte y el partido de vuelta encasa). Salté al campo en la segunda parte, pudimos maquillar el resultado con un gol, pero estuve 45 minutos en Mordor.
Me pasé media parte aguantando un ambiente extremadamente violento y hostil: insultos de lo más variado, escupitajos y lanzamiento de vasos de plástico (algunos de ellos llenos de cerveza) por parte de la afición local mientras literalmente me pegaba con el rival que cubría. Fue horroroso. Aparte tenía a mis padres y a mi mujer viendo el partido en directo, hecho que lo hizo todo más triste. Un lamentable espectáculo en el que yo fui protagonista y parte.
Por experiencias como ésta, mi hija juega al baloncesto (deporte en el que he sido jugador y árbitro), deporte mucho más noble, educativo y seguro.
¿Tú vas por la vida de batalla en batalla? ¿O prefieres tomártelo con más calma?
photo credit: Don McCullough via photopin cc
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