¿Podrías sobrevivir sin electricidad?
El caos y la desesperación se han cernido sobre mí. Nos hemos quedado en casa sin electricidad. Iba a descargar el track del entrenamiento de ayer en la aplicación de Garmin: a la mierda. Me iba a calentar la comida en el microondas: a la mierda. Me disponía a escribir el segundo post de la semana: a la mierda (hace tanto que no uso el portátil que lo tengo sin batería. Y la tableta idem de idem…). Así que para no perder ni un minuto más cojo un boli Bic y me dispongo a hacer lo que las nuevas tecnologías nos han hecho casi olvidar… escribir a mano. Aprovecharé el tiempo y haré el post a manubrio; después ya lo pasaré al ordenador.
¡Plin! Ha sido solo cosa de un cuarto de hora, aunque me ha parecido una eternidad… Nos hemos acostumbrado tanto a la inmediatez que nos hemos vuelto insoportables, irritables y violentos ante la espera. No sabemos esperar, nos hemos olvidado de ello. Será por esta razón que me sigue chocando cuando veo sillas en la carnicería de mi pueblo. Unas sillas que invitan al descanso y al diálogo. Algo que va en contra del diabólico, estresante y acelerado whatsapp.
Lo queremos todo, ahora y perfecto, sin lugar a la incertidumbre o al error. Será por todo ello que me atrae y me gusta tanto el deporte de fondo, plagado de incertidumbres, donde el ahora y el ya son una mera tontería… y además si te cortan la luz puedes seguir corriendo…
¿Cómo lo llevas cuando te quedas sin luz?
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