• ivanferrer
• A 03/07/2015

Las camisetas de los equipos de fútbol son unos de los mejores escaparates comerciales nunca vistos… Los grandes gigantes han hechado las redes a las elásticas de los equipos punteros. Solo hace falta mirar quién pone colorido extra a las elásticas de los cuatro finalistas de la Champions de este año. Bayern Munich, Madrid, Barcelona y Juventus están firmadas por Deutsche Telekom, Fly Emirates, Qatar Airways y Jeep. Es indudable que el dinero manda, más que nunca, en el fútbol de élite del siglo XXI.

Pero hay quien va más allá y ve que la camiseta también roza el corazón y que puede convertirse en un instrumento de denuncia y apoyo social. El Rayo Vallecano, es un club cercano a la realidad que le rodea -se comprometió a pagar de por vida el alquiler de una anciana de 85 años desahuciada-, aunque tiene de los presupuestos más modestos de la categoría. La próxima temporada irá un paso más allá, mostrando con orgullo su perfil solidario y filosofía social. La segunda camiseta, con la franja multicolor, es un homenaje a los héroes anónimos, a colectivos desfavorecidos, golpeados por lacras como la violencia infantil y de género, la homofobia o el SIDA. El tercer equipaje apoya, con su franja rosa, la lucha contra el cáncer.

Ya han aparecido algunos detractores entre la afición rayista, por romper con la historia y la tradición… Aunque hablando de tradición e historia, menos la hierba y los 22 jugadores que conforman un partido, poco queda de aquel juego de finales del siglo XIX…

¿Las camisetas deben ser solo generadoras de ingresos? ¿O pueden ser también armas de conciencia social?

photo credit: En el centro via photopin (license)