¿Tienes estilo propio?
1 minuto, solo un minuto es suficiente, para enseñar a todos los equipos de formación del planeta acerca de cómo jugar al fútbol. 60 segundos condensados en 21 pases y un chut que acaba en gol. Una jugada en que el balón va del saque de centro del campo a la portería, para después extenderse como un chicle Boomer hasta el área contraria. Un acordeón que, con una melodía hipnótica, lleva el cuero a su antojo. Una eternidad para un equipo rival que persigue el esférico pero que ni la huele…
Un estilo propio, reconocible y diferenciador. Algo que buscamos en un mundo tan globalizado y masivo, en el que hay demasiado de todo. Esa diferenciación cuesta llevarla a la práctica y encima obtener resultados. Tras ese minuto de fútbol infantil hay muchísimo trabajo. Trabajo de técnica individual, para dominar el balón y conducirlo con la finura que lo hacen. Trabajo posicional para apoyar al compañero y ofrecerse rápidamente. Trabajo de confianza que permita a un portero regatearse al delantero que le acecha a escasos metros de la línea de gol. Trabajo de coherencia y compromiso con la forma de jugar, que hace que el equipo siempre quiera jugar a la corta y se olvide de los balonazos a la estratosfera.
Cuando te comes un buen pastel de chocolate tu paladar pasa unos minutos de éxtasis; aunque no sé si somos muy conscientes de todo el trabajo que hay detrás. Veo un minuto de fútbol, pero hay innumerables horas de entrenamiento detrás…
¿Trabajas duramente para tener estilo propio? ¿O es demasiado tiempo para invertir mientras sobrevivimos al día a día?
photo credit: Soaping up my legs – 10 via photopin (license)
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