¿Gana el "yo" o el equipo?
Yo soy un claro defensor de la colaboración y del trabajo en equipo. Estoy tan sumamente convencido que es la tarjeta de presentación en mi extracto de linkedin: «Creo firmemente en el trabajo en equipo, en la capacidad de todos los integrantes de un grupo para hacer realidad la ecuación mágica de 3+3=7. Cualquier proyecto es posible, basado en el orden y la constancia, aderezado con unas gotas de honestidad y talento«.
Los alpinistas Tamara Lunger, Ali Sapdara, Simone Moro y Alex Txikon se enfrentaban a un hito sin precedentes: hacer cumbre del Nanga Parbat en invierno. Entre los expertos himalayistas tienen muy claro que la victoria real, el momento para celebrar y dar rienda suelta a las emociones, sucede en el campamento base. Y el punto más alto de la montaña es solo la mitad del camino.
El talento y la experiencia la tenían para acometer un proyecto tan brutal e inédito. Como Txikon sostuvo, tras su primer intento fallido, «lo sencillo y evidente aquí, allí, a 40 bajo cero, es complicado». Tamara estaba a tan solo 100 metros de la cima, de ser la primera mujer en todo el planeta en coronar la montaña en condiciones invernales. La italiana sabía que si hacía cumbre iba a meter en graves problemas a la expedición entera. Se guardó todo su ego en el bolsillo y renunció a la gloria personal por la del objetivo común. Y de paso evitó que, tal vez, acabara la vuelta en drama o epopeya.
Podría alargarme mucho más; pero la propia Tamara resume a la perfección su decisión: «El día de cima, la sensación de compromiso era enorme. Sin duda, sabía que ese día podía costarme la vida, así que me pregunté: ¿Qué es lo que realmente importa? Y no tuve ni que responderme».
¿Te sacrificarías por tu equipo? ¿O pasa siempre por encima el «yo»?
photo credit: Ricci Hydria: butchering a boar, 3 via photopin (license)
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