¿Soportas las batallas de egos?
La Euro 2016 y el desastre organizativo de los JJOO de Brasil están siendo un megasandwich que lo empana y mayonesea todo. Están sepultando realidades apasionantes y lo que la tozudez humana se empeña en esconder. La F1 es una batalla de egos personales, no de escuderías. Cuando se presentan los equipos, al inicio de temporada, todo son sonrisas, alabanzas y buen rollito entre pilotos.
Pero joder, cómo se pone el tema entre compañeros cuando está el campeonato en juego. Rivalidad a muerte. Pasan bastante del ambiente en la escudería y del campeonato de constructores. Emergen dos equipos dentro de la escudería y el máximo dirigente del equipo, látigo en mano, va marcando las líneas rojas tras cada pique entre ex-compañeros, ahora acérrimos enemigos… Es como en Mad Max y la cúpula del trueno: «dos hombres entran, uno sale». La única duda es cuál de los dos pilotos va a palmar y a salir del equipo con el rabo entre las patas. El principio de la película es siempre cándido, al estilo Mary Poppins, pero los acontecimientos la acaban convirtiendo en todo un taquillazo rollo Saw (lleno de sangre, dolor y pérdida).
Mercedes ya tiembla con el futuro que les deparará la escalada de tensión entre Hamilton y Rosberg. Destacadísimos del resto, están enfrascados en una guerra sucia de impredecibles consecuencias… El choque de Austria entre ambos hace que el equipo se plantee órdenes de equipo para no dañar los intereses globales de Mercedes… A ver quién es el primero que se las pasa por el forro…
¿Tener dos personalidades fuertes en el equipo te garantiza el éxito? ¿O la batalla de egos se lo puede cargar todo?
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