¿Ópera o pasión?

Mañana a las 21 horas disfrutaremos del partidazo del verano (a la espera de que el torneo olímpico nos pueda deslumbrar o sorprendernos). Llega la final de la Euro 2016. De los 24 aspirantes ya quedan solamente dos. Y nos encontramos ante la batalla final, como en Los Inmortales, en la que solo puede quedar uno. El que tuvo el camino fácil, batiéndose ante rivales menores y, la anfitriona, la que se acaba de cargar a la campeona del mundo. Buscando el pique y el dramatismo extra se trata de la reedición de la final de Champions, personificada en el choque Griezmann – Cristiano Ronaldo. La verdad es que tanto si ganan unos como otros, voy a dormir exactamente igual. Es algo así como ver los toros desde la barrera, tranquilo, sin que nada de lo que vaya a ocurrir te afecte demasiado.
Ahí se me plantea la duda. Puedo sentarme en el sofá relajadamente y ver el partido como si asistiera a un espectáculo de ópera, fijándome en todos los detalles. Apreciando diferentes aspectos sin que la pasión me nuble. Pero por otro lado me parece un poco soso e insustancial. Me acecha la filosofía que sostiene que «en el deporte hay que tomar partido».
Ni Francia ni Portugal me levantan excesivas pasiones ni me generan extrema emoción. Como la personalidad de la estrella de Portugal, CR7, me recuerda mucho a El Kurgan, puedo pensar que Francia es el noble Connor MacLeod (que luchará para que la luz derrote a las tinieblas).
Así que mi gran duda es si mañana ir a la ópera o a un lucha de espadas XXL…
¿Disfrutas del deporte como un mero espectador? ¿O necesitas la pasión y tomar partido para que valga realmente la pena?
photo credit: The Highlander via photopin (license)
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