¿Estás on fire?
Yo pensaba que lo más oscuro que había poblado la faz de la tierra fue la mancha de chapapote de derramó el Prestige en 2002 sobre las costas de Galicia. Pero se ha extendido de forma más peligrosa el Black Friday, convirtiéndose en la Black Week. Y lo más cutre de todo: que un invento para que consumas a muerte, sin que haya mañana, se solape con el Gran Recapte, campaña solidaria para dar comida a los que no tienen nada. Esquizofrenia en estado puro: consume a muerte, pero no te olvides de dar migajas a un mundo que te estás cargando…
Y del viernes negro me voy directamente a casi 6.700 de aquí. Me teletransporto al otro lado del charco, de donde proviene tal oscura celebración. Concretamente a Cleveland. Pero allí de negro nada. El compacto color quedó sustituido por el rojo del fuego, de la pasión. Kevin Love protagonizó uno de esos momentos mágicos en los que sencillamente el balón te obedece y solo sabe hacer una cosa: cruzar la red una y otra vez, sin parar. 34 puntos en un solo cuarto, anotando 11 tiros de 14 intentos (de ellos 8 triples) y 4 tiros libres para los Cavaliers en su encuentro contra Portland
Estuvo 12 minutos tocado por los dioses, sencillamente on fire. Estaba en ese estado de trance en el que si le hubieran pasado una nevera de dos pisos la hubiera enchufado también. Se encontraba en esa situación extraña, en la que Michael Jordan decía que «el aro parecía una piscina».
¿Has notado en algún momento que nadie en el mundo podía pararte?
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