¿Eres pachanguero celebrando?
Si hubiera sido un guionista merengón me hubiera encantado escribir el capítulo de este final de temporada… Me debatiría entre tres titulares, a cual más hiriente… En el primero me centraría en lo épico del objetivo, añadiendo un recadito a los azulgranas: “El Madrid se lleva un doblete histórico -que no conseguía desde los años 50-, dejándole las migajas de la Copa del Rey a su eterno rival” (un poco largo, pero completito…). El siguiente lo enfocaría en las distintas realidades vividas en ambos clubes: “El Madrid engrandece su leyenda europea y deja en mera anécdota el 25º aniversario de la primera Champions del Barcelona”. Y el último, puro chorreo: “12-1: Nosotros celebramos la última, AHORA, mientras ellos se acuerdan de la primera…”.
Estamos de acuerdo que la celebración de Wembley no llega en el mejor momento, pero es el que es. Esa primera Copa de Europa fue un para el Barça un punto de inflexión, un antes y un después en la historia del club, un trampolín hacia muchos éxitos futuros, la primera piedra de una catedral futbolística que ha brillado, como nunca, en los últimos diez años… Como supuso algo mítico y enorme para la institución, el acto creo que debería estar a la altura. Llegados a este punto, no sé si es de mucho nivel jugar un partido amistoso de fútbol de los exjugadores de esa época contra el ¿todopoderoso? Benfica (hubiera tenido bastante más gracia la Sampdoria, aunque no creo que les hubiera hecho mucha a ellos…). Vale que la mayoría de los futbolistas están lejos de su mejor forma, pero más hubiera valido la pena jugar 20 ó 30 minutos por parte en campo grande.
No se me ocurre cosa más extraña que Rafa Nadal, ya retirado, celebrando su primer Roland Garros, en la pista central, en un partido de exhibición contra el tenista 78 del ranking en su época, en una mesa de ping-pong…
¿Organizas las conmemoraciones a la altura del objetivo conseguido? ¿O lo importante es juntarse, el recuerdo y no hace falta matarse tanto?
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