Ruta de… terrazas
A partir del mes de junio se cierran las ventanas temporales hábiles para los entrenamientos de carrera a pie. Solo te queda adelantarte al amanecer o salir a última hora, cuando el sol deja de abrasar… Jode mucho madrugar, pero es agradable circular entre la calma de calles vacías, en pueblos y ciudades que aún no han decidido desperezarse…
Por la noche, el tema ya se complica. El sol se oculta, pero una ingente y extensa secta de “taperos” inunda las aceras, llenando las terrazas a muerte (no importa si mañana se trabaja o no). Siguen un ritual milenario que se repite, año tras año (y cuyo momento álgido es de junio hasta la vuelta al cole en septiembre). Sudando, pendiente de alcanzar el ritmo marcado y acumulando kilómetros en las piernas, da envidia ver esas mesas repletas de refrescos bine fríos (la cerveza no me gusta, así que sale por defecto de la ecuación) y de sabrosas tapas que casi hacen que se te salten las lágrimas…
Este lunes, tras disfrutar de un largo fin de semana (era festivo), salí a correr de noche. Como no podía ser de otra manera, no había casi sillas libres en los exteriores de los bares i restaurantes. Ese día me di cuenta que las terrazas más peligrosas son las que están delante de su establecimiento, al otro lado de la calle, en una zona peatonal. Los camareros, que van zumbando para atender al personal -a veces impaciente-, no se tienen que preocupar que les atropelle un coche o moto… Pero no piensan que puedan ser arrasados por un runner.
Ahí tuve que utilizar mis dotes de anticipación para evitar una tragedia en toda regla. Una camarera salió de la nada con una bandeja llena de jarras, platos y vasos. Me la encontré tan encima que solo pude arquear el cuerpo (como los recortadores de toros) para no colisionar. Iba escuchando la radio, pero puede notar el “oooooooooh” de toda la terraza, sorprendida que el lance no acabara en desastre. Fue de medio segundo o medio metro que acabáramos los tres (camarera, bandeja y el que escribe) fundidos en uno…
Qué prefieres en verano para entrenar, ¿la calma de la madrugada o el bullicio de la noche?
photo credit: Jorge Franganillo Zagreb: Tkalčićeva via photopin (license)
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